Por: Andrés Jaramillo
@andresgaj

El 10 de Agosto, el tránsito colapsó. El feriado motivó el viaje masivo de personas a la playa. En especial a la provincia de Esmeraldas
¿A quiénes -paisanos- se le ocurriría ir a la playa en pleno feriado del 10 de Agosto? Justo cuando Atacames colapsa tanto, pero tanto… que es imposible caminar cada año por la arena sin tropezar con algún compañero del trabajo, la universidad o el colegio paseando en terno de baño (chuchaqui) y con su mascota asfixiada por el calor.
Pues sí… a nosotros -paisanos-
No se si nos ganó la idea de que tendríamos tres días seguidos de descanso. Hace tiempo que las vacaciones obligadas nos habían sido esquivas. O si fue la ilusión de que mi Mateo celebre sus siete meses de nacido frente al Océano Pacífico, disfrutando de la brisa, el sol y la arena caliente en los pies. Iba a ser su primera vez.
El caso es fuimos. Cuando caímos en cuenta de lo que hacíamos ya era tarde. Estábamos embarcados -con otros paisanos- en la carretera Alóag-Santo Domingo-Esmeraldas. Los vehículos estaban a tope. Por sus vidrios traseros no dejaban ver más que montañas de maletas avanzando despacio, al ritmo del tránsito, convocando a gritos el sueño.
En otrora, cuando éramos solteros y recién casados, nuestro mundo cabía en una maleta. Literal. Para nuestros arrebatos viajeros por la Costa ecuatoriana no necesitábamos más que eso. Bueno… también la clásica maleta roja jaladera térmica para mantener heladas las cervezas, que casi no ocupaba espacio.
Pero esta vez fue diferente. A la hielera había que sumar el corral del Mateo, donde duerme por las noches con toldo para que los mosquitos no intenten besarlo. Los juguetes; muchos juguetes. Uno nunca sabe qué es lo que va a extrañar más de su cajón de pelotas, carros, aros de colores y peluches.
Además, la silla para bebé que se coloca en el vehículo y que ciertamente es bendita. Haces las veces de mecedora y garantizar un viaje placentero, al menos para el Mateo que duerme como si hubiera jugado todo el día. También la infaltable pañalera con la ropa, los pañales, el champú, el jabón, el talco, el protector solar para bebé, el repelente de mosquitos, el terno de baño, la toalla, el cambiador, el vaso para que coma, la gorra, las sandalias, la ropa abrigada para el retorno, el babero, etc, etc, etc
En verdad nunca supimos con certeza si nos íbamos de paseo o nos estábamos cambiando de casa. El caso es que cuando nos dimos cuenta ya estábamos ahí -paisanos- en medio de la carretera; pugnando por avanzar unos metros, con el calor acosándonos y el CD de Américo recién comprado en la gasolinera con 100 canciones (la mitad repetidas).
Continuará….