Nadie quiere que le pase a su hijo. Por eso, confieso, hasta pensé en tomármelo en serio. Pero había primero que resolver un pequeño problema ¿cómo saber quién está en su ciclo menstrual cuando llega a casa a visitar a mi Mateo Joan? Había que ser sutil, diplomático, directo pero no agresivo ni demasiado invasivo. El tono de voz influiría mucho, así como la forma.
Aquí las primeras cuatro posibles alternativas:
Opción 1. Al estilo funcionario público
Con un cartel impreso colgado fuera del cuarto en el que se lea: Prohibido el paso a mujeres menstruando. Riesgo de pujo. Gracias por su colaboración. Estamos para servirle.
Opción 2. Al estilo de la Vagancia (https://www.youtube.com/watch?v=3AztnF4nUZg)
¿Este mes, te vino Andrés?
Opción 3. Como astronauta de la NASA
¿Estás en tus lunas?
Opción 4. Como en clase de dibujo técnico
¿Estás con la regla?
Finalmente no fue necesario hacer el papelón. Al menos no con los familiares. Aproveché la primera visita al pediatra para consultar el tema. El especialista me miró fijamente apenas me escuchó y sonrió. “No tiene nada que ver”, me dijo. “Es un mito”. Entonces le dije que la abuelita le había escuchado decir lo contrario al doctor burbujas en la televisión. La comparación no le cayó bien. “Imposible”, dijo con más seriedad. El pujo puede presentarse por algún problema gástrico o mal funcionamiento de algún órgano interno.
Nada tiene que ver con la regla, Andrés o sus lunas.